Un silencio cómplice que averguenza
En la Arquidiócesis de Córdoba, Angelelli no existe
No hay manera de evitarlo. El 4 de Agosto, aniversario del asesinato de Enrique Angelelli, se celebra también el día de los párrocos. En conmemoración del Cura de Ars, San Juan María Vianney. La coincidencia de las fechas debiera hacer que, por lo menos, fuera inevitable hacer alguna mención de Enrique Angelelli, aunque mas no sea, en la oración por los difuntos, para pedir por su salvación eterna. La Arquidiócesis de Córdoba, desde el Seminario Mayor, ha organizado una "semana de oración" (nunca una "semana de reflexión, de debate, de compromisos" pero esto es otro tema). En la semana de oración, desde el lunes 30 de Julio al Domingo 5 de Agosto se preveen y se proponen diversas maneras de rezar: misas, retiros, adoración eucarística y rezo del rosario. En cada ocasión, se ofrecen materiales escritos para acompañar cada rezo. Todo este bagaje devocional va precedido de una carta del Sr. Arzobispo Carlos Ñáñez. Suponemos que para el Seminario, lugar donde se preparan los futuros sacerdotes, el testimonio de vida del Obispo Mártir, no puede pasar desapercibido. Por otro lado, el Obispo Enrique Angelelli, antes de presidir el Obispado de la Rioja, fue un sacerdote destacado, por sus compromisos con los obreros y la juventud. Por si fuera poco, también fue obispo auxilliar en Córdoba. No obstante todo ésto, la coincidencia en la fechas, las tareas pastorales realizadas en Córdoba, e incluso las acciones de la mismisima conferencia episcopal argentina, para "develar" la muerte de Angelelli, en Córdoba, no le merecen ser mencionado ni una sola vez. Tanto en la carta de Carlos Ñáñez, como en todos los materiales entregados a las parroquias, ni una sola vez, lo reiteramos, ni una sola vez, ni siquiera por error, se lo nombra a Enrique Angelelli. Este silencio, este ocultamiento los hace cómplices con sus asesinos y nos vergüenza. Una vez más, porque no se trata de la primera vez que esto ocurre, sentimos la misma y mas profunda vergüenza. El 27 de Julio de este año logramos que la justicia dicte prisión preventiva para el ex dictador Jorge Rafael Videla y otros ex militares represores procesados por el asesinato de Enrique Angelelli durante la última dictadura cívico-militar. Mientras esto sucede, el Arzobispo Carlos Ñáñez, ha sufrido, una vez más, una ataque de amnesia. Angelelli no existe, no existió, no debe existir. Ocultar su nombre, desaparecerlo, es la estrategia, es pretender que deje de ser lo que fue y, sobre todo, que siga estimulando al compromiso por la justicia y la liberación. Pretensión tan grosera como inútil.
Pbro. Nicolás Alessio, teólogo
Estimado Nicolas; tal vez nos toque a nosotros seguir recordandolo, no solo como obispo sino como Profeta y referente social que trabajo por los Derechos Humanos en nuestro pais. Muchos, muchisimos militantes jovenes desconocen a Angelelli y a otros como Romero, Ponce de Leon, los Palotinos, Wenceslao y su compañero etc. etc.
ResponderEliminarMe gusta la idea de hacer comunidades que sean fracturas de las iglesias diocesanas, sueño con otra Iglesia, mas autentica, mas evangelica, mas cercana a los pobres y teniendolos como protagonistas. Un fraternal abrazo!!!
Willy Schefer.
VICE PRESIDENTE
FEDERACION LATINOAMERICANA
PARA LA RENOVACION DE LOS MINISTERIOS.