jueves, 27 de octubre de 2016

Ellas gritan "nos están matando" y sus gritos llegan a dioses y diosas.




"No lloren por mí, lloren más bien por sus hijas"

Ellas gritan "nos están matando" y sus gritos llegan a dioses y diosas.






Y la Iglesia niega el clamor.

Se huele miedo en los palacios episcopales.

Miedo a que el poder divino de lo femenino se despierte y no puedan controlarlo.

Cuánta angustia agónica más será necesaria para que la Jerarquía eclesial asuma el "Ni una Menos, Vivas nos Queremos?

Acaso, para la Iglesia, "Madre y Maestra" es un tema menor, que no merece una contundente y decidida intervención?

Silencio cómplice en las dictaduras sangrientas
 

Silencio cómplice en el neoliberalismo depredador
 

Silencio cómplice ante los que buscan Memoria Verdad y Justicia
 

Silencio cómplice frente al crimen de Angelelli
 

Silencio cómplice ante mujeres crucificadas

Demasiados, cobardes y vergonzantes silencios.

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