Argentina, lunes 7
de abril de 2014.
Secretaría
Conferencia Episcopal Argentina
Suipacha 1034. Ciudad de Buenos Aires
CP (1008). Argentina
Estimados
Obispos:
¡Paz y bien! En vísperas de la semana mayor de la fe cristiana, en la memoria de
aquel gesto que inspira la misericordia y el servicio de la Iglesia a los
pequeños de la historia, el "lavatorio de los pies", queremos ofrecer
esta carta a la CEA, convencidos que uno de los sectores de las periferias
humanas a los que les debemos un gesto de profundo arrepentimiento y
reivindicación, es a nuestros hermanos y hermanas de diversidad sexual.
Ya han pasado
casi cuatro años desde que en la Argentina se aprobó la Ley de Matrimonio
Igualitario (Ley n° 26.618 sancionada el 15 de julio del 2010). La sociedad argentina
en general ha recibido con agrado y valentía esta decisión, y la ha asumido
como propia sin resquebrajamiento alguno de sus valores e ideales. La implementación
de la misma ha dado hermosísimos resultados en el avance contra la
discriminación, el bullying y la violencia hacia personas con una identidad
sexual diversa, como lesbianas, gays, bisexuales y trans.
Cuatro años
atrás, cuando la ley estaba por ser sancionada se escucharon muchas voces. Algunas
más moderadas, otras más enfrentadas. Algunas con “rasgos de fanatismo, expresiones de intolerancia y
tintes conspirativos” (Manifiesto de laicos y laicas de la Iglesia Diocesana de
Quilmes. Domingo 11 de julio 2010). Otras que aportaban elementos de madurez para una discusión productiva
y democrática. Ese debate fue muy fructífero y positivo para toda la sociedad argentina
en diversos campos. Destacamos la labor de la FALGBT (Federación Argentina de
lesbianas, gays, bisexuales y trans) representada en todas sus organizaciones, de
los medios de comunicación, del periodismo en particular y de muchos
legisladores de diversos partidos que supieron llevar adelante un diálogo
cortés.
Tuvo una
discusión particularmente acalorada en el plano religioso, que fue un ámbito donde
la división de opiniones era más distante. El dictamen oficial de la Iglesia
Institución fue moderado y objetado desde diversas organizaciones eclesiales.
Comunidades
cristianas de distintas parroquias y diócesis manifestaron sus posiciones desde
un espíritu evangélico y conciliador, demostrando reconocer y aceptar la
diversidad humana, rasgo de la voluntad creadora de Dios. Merece ser mencionada
entre otras, la carta “CON LOS QUE SUFREN.
Posición de algunos cristianos respecto al matrimonio entre personas del mismo
sexo.” donde un grupo de profesionales y fieles católicos manifestaban una
postura positiva, abierta, comprensible y tolerante.
Varios
Sacerdotes y Pastores levantaron sus voces a favor de los más desprotegidos.
Sólo para mencionar algunos nombres, recordamos las voces de los sacerdotes de Quilmes, entre ellos Ignacio
Blanco, Marcelo Ciaramella, Eduardo de la Serna; en Mendoza el Padre Vicente
Reale, en Córdoba el Grupo Sacerdotal Enrique Angelelli, con
Nicolás Alessio a la cabeza de este debate, a quien le valió una injusta
expulsión del ministerio (que debería ser puesta a consideración nuevamente).
Fueron prudentes
y responsables las alocuciones de otras Iglesias y comunidades hermanas que se
manifestaron en ese contexto. Cabe mencionar como ejemplos la carta firmada por
el Obispo Frank de Nully Brown de la Iglesia Metodista Argentina del 16 de mayo
de 2010; o la carta firmada conjuntamente entre el Pastor Federico Schäfer de
la IERP (Iglesia Evangélica del Río de la Plata) y el Pastor Alan Eldrid de la
IELU (Iglesia Evangélica Luterana Unida) del 31 de mayo de 2010.
Muchas comunidades de oración recibieron el mandato de rezar
expresamente por este debate para que ganara Dios en medio de la pluralidad de
voces. Y creemos que el triunfo fue divino. Dios sabe decodificar y recibir cada
oración y buena energía en función de la felicidad y bienestar de sus hijos.
Es por eso que,
luego de este periodo de convivencia pacífica y respetuosa con la nueva ley, consideramos prudente y responsable elevar
un informe a las demás conferencias episcopales del mundo reconociendo y
aceptando que en esta pluralidad no ha salido perdiendo ni el concepto de
familia ni el de ser humano ni el de sexualidad, sino que ha sido un tiempo
donde se han podido iluminar esos conceptos desde nuevas experiencias, con
testimonios de entrega, renuncia, compromiso, dedicación, y tantos otros
valores que siempre han sido ensalzados por el cristianismo.
Este INFORME necesariamente
debe acompañar la encuesta de 39 preguntas que el mismo Papa Francisco enviara
a las diócesis de todo el mundo para recabar información acerca de la vivencia
de cada Iglesia particular en diversos aspectos de la familia, la natalidad y
las uniones esponsales. Es muy importante
que los Cardenales reunidos en el Sínodo de la Familia previsto para octubre de
este año cuenten con ese INFORME. De su silencio o su compromiso sincero en
la lectura de los signos de los tiempos en la comunidad argentina, dependerá
que el verdadero diálogo con la realidad actual encuentre un valioso aporte
para iluminar la vida con el Evangelio.
Creemos que este Informe puede tener
repercusiones a nivel mundial, parafraseando el proverbio chino del “efecto
mariposa” ("el aleteo de las alas de
una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo"o"el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un
Tsunami al otro lado del mundo"). Puede revertir la oleada
de legislaciones que están atentando contra la libertad y la vida de muchas
personas en diversos países (Uganda, Nigeria, Egipto por nombrar sólo algunos).
Y denunciar la injusticia de semejantes leyes que impiden la expresión del ser
humano. “El fuerte disciplinamiento, el secreto, la hipocresía,
las complicidades: Estos signos de regresión en el seno de la Iglesia Católica
en todo el mundo, nos deben invitar a romper los cercos de silencio y levantar
nuestra voz, allí donde sea necesario, para estar a la altura de la invitación
de paz, justicia y libertad que el Evangelio propone.”(“Cristianismo sí, homofobia no” del Centro Nueva Tierra. Ciudad de
Buenos Aires, 26 de abril de 2010).
Estamos
convencidos en conciencia y así lo van confirmando y corroborando los recientes
y renovadores estudios bíblicos, morales y de otros campos de la Teología.
Donde hay Amor está Dios. Y donde está Dios hay Amor. No hay textos bíblicos
objetivamente hablando que condenen las relaciones entre personas del mismo
sexo que sean consentidas mutuamente y que sean responsables, respetuosas, abiertas
al amor, a la vida y a proyectos en común. Por lo que tarde o temprano, el
Catecismo de la Iglesia deberá revisar y renovar sus conceptos al respecto de
las consideraciones de las personas homosexuales, para que muchos puedan creer
sin necesidad de elegir entre ser fieles a un Magisterio desalmado y su
voluntad de vivenciar y practicar su sexualidad sin culpas infundadas.
Por último, a través de testimonio de muchos jóvenes, no deja de
preocuparnos también este nuevo dilema que se genera en la pugna de derechos
conseguidos. Muchos chicos y chicas recurren al confesionario y en su interior
se encuentran con opiniones muy diversas y divergentes al respecto de su identidad
sexual, e incluso con la posibilidad de negación de la absolución por parte de
muchos pastores. Acá se enfrentan dos derechos: el de la Iglesia a fijar sus
propias normas (que deberían surgir de una lectura despojada de fanatismos), y
el del ciudadano argentino a no ser discriminado por su orientación sexual.
Este acto religioso (no absolución por cuestiones morales y religiosas), tiene
no sólo efectos civiles (discriminación por razones de sexo), sino que también
genera en muchos jóvenes un daño moral y psicológico muchas veces irreversible.
La garantía del Concordato con la Santa Sede respecto a la autonomía de las
comunidades religiosas, no debería ser fundamento para dejar de revisar esta
práctica que pone en riesgo la libertad de conciencia de muchas personas.
Con espíritu fraterno y evangélico, les proponemos ayudar a elaborar
este informe en lo que consideren oportuno.
Saludos en Cristo.
José
Nicolás Alessio
DNI: 13.373.129
Almirante
Brown 1510.
B°
San Rafael (CP 5000)
Córdoba
|
Andrés
Gioeni
DNI:
22.423.541
Entre
Ríos 2419.
Martínez
(CP 1640)
Buenos
Aires
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