jueves, 19 de diciembre de 2013

Navidad Habitar el descampado Los desterrados encuentran su casa por Nicolás Alessio, teólogo



Navidad  

Habitar el descampado
Los desterrados encuentran su casa

Nuestro "oikos", la Pachamama, casa-madre tierra nos cuida. Somos cubiertos por su seno húmedo y cálido.

Estaba desnudo y me cubrieron, peregrinaba y me alojaron. Metáforas del amor que da un lugar, que permite al otro ser. Gestos que hacen posible el arraigo, las raíces. Los despojados, los saqueados por el sistema que todo lo arrasa, por los imperios de la desolación, necesitan el cobijo. No pueden ser los "sin terruño", los “sin lugar”.

Proclamamos el derecho a ser cubiertos, atendidos en el desamparo. Es el desabrigo de los que quedan afuera y la orfandad de los que, desde las fronteras, pugnan por su lugar.

Dios ha mirado a los afligidos, atormentados en Egipto, en la casa de la muerte, y los invita a liberarse, promete una tierra y un futuro. Los invita a rescatarse, pero antes, los cubre con su sombra ante las amenazas del peregrinar. En la casa de mi Padre hay un lugar, muchos lugares, dirá Jesús.
Pero no se trata del refugio de los cobardes o de los cómodos. Cuando Dios se llega y acampa entre los pobres, se hace habitante de nuestra morada, lo hace para ser parte de la fiesta y del combate.
La fiesta de pertenecer a nuestro linaje y el combate contra todos los que atenten contra nuestros herederos. La morada en el desierto de los sencillos es la morada de todos los refugiados del mundo.
Juan gusta de los símbolos. Fuego, agua, viento. Las "moradas en la casa de mi Padre” de las que habla Jesús, nos llaman la atención. En la mentalidad judía eran algo muy concreto, tangible, por más que sean las "moradas" del más allá que, por otra parte, siempre es un “más acá”.
Es el consuelo para los discípulos en sus luchas, por eso no podemos solo entenderlo como una promesa de un horizonte lejano, sin tiempo ni “topos”.
Más vale preguntarnos ¿cuál es la "casa" de su Padre? Hay una mención en otro texto referida al Templo de Jerusalén. Lugar sagrado que ha sido convertido en lugar de negocios por los mercaderes inescrupulosos, una “cueva de ladrones”.
Explotación de los empobrecidos. ¿Acaso nuestra madre tierra no ha sido convertida en "lugar de negocios", en esa “cueva” para saqueadores?
Un lugar toxico, lleno de desechos, imposible de habitar. El sacrilegio mejor disimulado por mercaderes de la agonía. La perversión más sutil de nuestros territorios y vecindades.
Las finanzas contaminantes amenazan de muerte a cientos de miles de nosotros, de nuestras crías, de nuestro humus vital. Las finanzas han amenazado de muerte a nuestra madre tierra y ya no nos puede abrazar sin mancharnos.
La posada de Dios no puede ser convertida en el lugar de la especulación que todo lo ensucia.
¿Donde posarán sus cuerpos los sin refugio, aquellos a quienes se les ha quitado el lugar para ser, el cobijo para arraigar, el hogar para el amor?
Hemos quedado desnudos y frágiles ante los demonios neocoloniales de las semillas envenenadas.
Y es claro, la casa de su padre tiene que ser la casa de los desprotegidos. De los que no tienen ni casa ni consuelo.
Voy a prepararles un lugar. El "lugar" esta, pero hay que conquistarlo, hay que merecerlo, hay que lucharlo. Es el lugar del banquete, pero hay que estar vestido de fiesta. Y el vestido de fiesta es también la vestidura del combatiente.
Del que conquista para sí y para otros un lugar, un dominio, un territorio.
En la navidad Dios se puso, se llego a nuestra morada. A nuestra casa. Ya no habita en la lejanía ni en templos construidos por manos de hombre, como dirán los profetas. Es el “con nosotros”, que viene a prepararles un hogar a los huérfanos y excluidos.

Por eso cuando quisieron construir un tabernáculo, un lugar para Dios en el desierto son los profetas los que dicen que Dios no necesita ni oratorios ni capillas.

El universo es su tienda. Y en ese universo sobre todo el corazón de las víctimas. Las victimas pueden encontrar su morada en Dios porque Dios encontró su casa en ellos.

Por eso Jesús promete prepararles "un lugar". No tener "un lugar" es enfrentar la muerte sin armaduras. Es no ser nadie. No existir, no estar en ningún lugar. Y sin el “oikos” no hay comunión, fraternidad.

Por eso Jesús promete "estar" cuando dos o tres se reúnan en su nombre. Por eso promete hacer de nuestros cuerpos su templo y que llegara un “kairós”, el tiempo de los adoradores en espíritu y en verdad.

Y si Jesús prepara un lugar es para que también nosotros seamos capaces de preparar el acampe a otros. Acogida en nosotros de los sin techo, de los errantes sin lunas y ni soles. Preparar una habitación, un lugar para ser.

Así, la Navidad, es el acontecimiento de los desterrados. Nada que ver con una fiesta social o familiar. En todo caso, vale preguntarse en la reunión familiar, ¿qué festejamos? ¿o es ya una pregunta inútil?

Para una cultura básicamente nómada, acostumbrada al rigor del desierto, solo protegida por sus carpas y tiendas, el tema de la casa no es un tema menor. La casa representa el lugar del cobijo, de la protección, de la supervivencia, de la vida, del futuro. La casa del Padre Dios es el lugar simbólico de todas las carpas y tiendas que sean necesarias para protegernos de todos los desiertos.
El abrazo tierno a todos los maltratados.

Esto es Navidad. Un recién nacido, en la labilidad del que no tiene nada, y que además, según los textos sagrados, “no encontró un lugar”, primera experiencia de despojo, de precariedad, y, sin embargo, encuentra abrigo.

En realidad, porque su lugar es el firmamento todo. El pesebre, ese establo, es el universo.

No queremos desiertos llenos de mendigantes de agua y dignidad, acechados por la muerte antes de tiempo, por agonías previsibles, por acuciantes gritos desesperados. Por caídos antes del alba, como cuando nos extinguimos de manera prematura.

Por eso conmemoramos la Navidad.

La navidad es la memoria de aquellos despojados que encontraron su refugio, su cobijo.

Porque cuando el hijo del hombre encontró donde cobijarse ya nadie debiera soportar ningún destierro.

jueves, 21 de noviembre de 2013

No es Ñañez contra Víctor Acha, es el Vaticano contra la Iglesia de los Pobres (2011)

No es Ñañez contra Víctor Acha, es el Vaticano contra la Iglesia de los Pobres 


La “derecha religiosa” no perdona

La consagración episcopal de Marcelo Cuenca fue todo un aviso. En una Arquidiócesis que tímidamente quería abrir la participación de la comunidades en su diseño pastoral, el sacerdote que abiertamente representa a los sectores reaccionarios, conservadores, fundamentalistas, y que también abiertamente se oponía a estos “tímidos” avances, no solo es nombrado Obispo por Benedicto XVI si no que el embajador vaticano viene a su consagración en la mismísima Catedral de Córdoba, en las narices de Carlos Ñáñez quién trato que tal afrenta pasara desapercibida y olvidada para la opiñón pública. El acontecimiento no fue comunicado a la prensa. El Grupo Enrique Angelelli decía en el texto “Para qué y quién elige un obispo” : “No podemos dejar de señalar con estupor que, otra vez, desde el más alto poder eclesial jerárquico y monárquico, se fortalece una línea conservadora, restauradora, derechosa, afín a corrientes como el Opus Dei. No es la primera vez, no sucede solo en estos pagos” de Marzo del 2010
El grupo de “curas casados”, mejor, “curas autónomos” (porque siguen siendo curas pero no dependiendo de ningún obispo) en el Documento “Haciendo memoria de nuestro andar”, del 12 de Junio del 2010, recordábamos que, entre nuestros posibles objetivos, o perspectivas que nos identifican, decíamos:
“mostrar otro rostro de Iglesia Posible al servicio de Otro Mundo Posible: plural, abierto, solidario, liberador...ayudaría a desmontar algunas "máscaras" de la Iglesia oficial...”
El enfrentamiento cultural de esta Iglesia oficial con gran parte de la sociedad argentina, y dentro de su propio seno, en torno a la ley del “Matrimonio Igualitario”, desnudó, una vez más, su rostro conservador, autoritario, dogmático, patriarcal y excluyente para con todos y todas los que entendemos que “es posible otra Iglesia y otro mundo”. Esta contienda se agudiza en la Diócesis de Córdoba. Los sectores de la derecha eclesial conservadora, no van a perdonar la voz que, desde este lugar, desafió a toda la parafernalia episcopal y sus aliados. Una voz que desde hace años viene siendo un eco de la voz de los profetas y los mártires.
Ese “rostro” despiadado de la institución eclesial se traduce en acciones, gestos y discursos que dañan al conjunto del pueblo de Dios y al conjunto de la sociedad de la que formamos parte.
La Institución Iglesia, no solo es funcional a las ideologías de dominación, si no que forma parte de esas mismas ideologías. En este sentido, debe ser denunciada, desenmascarada y combatida. En muchas ocasiones, algunos de nosotros, hemos expresado “ya no nos interesa más nada la Iglesia”. Y es cierto, ya no nos interesa más nada de todo lo que tenga que ver con aquel “rostro” antievangélico de la Institución, su ritualismo, su dogmatismo , su canonicismo, su burocracia. Pero sí nos interesa esa Institución, en la medida que hace daño a la conciencia ética de la humanidad, queriendo imponer un modelo cultural de dominación, aunque se revista del ropaje lingüístico actualizado. La “restauración conservadora” iniciada en período de Juan Pablo II, ha tomado, con Benedicto XVI, nuevos bríos, más enérgicos, más decididos, mas punzantes.
En este sentido, no hay que temer palabras como “enfrentamiento”, “batalla” o “combate”. Esta Institución debe ser combatida, al mejor estilo jesuánico como cuando enfrentó a los mercaderes del templo.
Algunos intentarán hacerlo desde la trinchera “del adentro”, en Parroquias, Colegios u Organizaciones que pertenecen a la Institución. Otros lo harán desde la trinchera “del afuera” institucional. Ocupar uno u otro lugar es una decisión siempre compleja, difícil y con contradicciones. Hay que respetar la decisión que cada uno desde su propia experiencia de vida tome como aquella que, aquí y ahora, le parezca la mejor. No caben posturas únicas.
En este conflicto inevitable, el uso de los Medios de Comunicación Social, es imprescindible y urgente. La Institución no le teme al poder económico, ni al poder político, le teme al “cuarto poder”. Porque solo este poder comunicacional puede ir directo al lugar más fuerte y, a la vez, al “talón de Aquiles” de la Institución: el ocultamiento. La Institución guarda celosamente sus secretos más íntimos, y esa verdad bien cuidada es fuente de poder. Pero cuando esa muralla es derribada por los MCS y se desnuda esa verdad silenciada, pierde poder y tambalea su seguridad.
En el caso de la Parroquia de Nuestra Señora del Valle, no se quiere intervenir cuanto antes, por tratarse de una comunidad parroquial en particular o por su Párroco, Víctor Acha, como si se tratase de un problema personal. Se quiere arrasar con esa “otra Iglesia posible”, con lo mejor de sus luchas en Latinoamérica y en todos los Continentes. Estos hechos son solo un paso más en tal dirección. No es un hecho aislado, es un programa preconcebido, en continuidad con aquellas dos intervenciones vaticanas, con las que se quiso destruir a los teólogos de la Liberación y a sus teologías. Y en esto hay que reconocer que son coherentes con su modelo imperial. Cuanto más hemos avanzado nosotros en la concreción de “otro modelo”, ellos deben acentuar sus mecanismos de control, castigo y censura. Deben extirpar desde la raíz las fuentes de la heterodoxia, la división y el escándalo.
Aquí no hay diálogo posible, porque no hay puntos en común desde donde dialogar, son visiones antagónicas, aquí solo queda el enfrentamiento. Son dos proyectos irreconciliables. Muchas veces lo hemos expresado diciendo “no creemos en el mismo Dios”. Expresión metafórica que dice “no tenemos nada en común”. Se trata de una contienda cultural, la Institución quiere “conservar” el poder y su modelo hegemónico, nosotros queremos asumir el momento histórico que vivimos “con talante crítico y aperturista” porque entendemos que estamos viviendo “un cambio radical de civilización, frecuentemente ignorado por estas instituciones“ (cfr. Doc. Antes citado)
La estrategia de “las cartas”, la juntada de firmas, adhesiones, reuniones en la curia, es válida, pero insuficiente. Cuanto más insuficiente si estas acciones quedan bien guardadas entre cuatro paredes obispales. Hay que sumar otras acciones de mayor envergadura, contundencia y visibilidad. Y hay que hacerlas lo más públicas posibles. Con llegada a la sociedad en su conjunto. “Gritar desde los tejados, a tiempo y a destiempo”. E incluso, reapropiándonos de los signos que son del pueblo de Dios y no de sus jerarcas. Como la mesa compartida, entre otros. Si nosotros “celebramos” la eucaristía, estamos tomando en nuestras manos lo que es nuestro, desenmascarando a aquellos que se creen dueños “del sagrado”. Ese “sagrado” es popular, es de todos y todas. Como se hizo el Sábado 17 de Julio, en la Parroquia San Cayetano, luego de la prohibición arzobispal, donde participamos concelebrando la “misa de la resistencia” y luego hemos seguido participando de las “misas prohibidas”, en La Cripta, el 4 de Agosto, y de nuevo, el 7 de Agosto, en la plaza de Altamira.
Es el momento de continuar en este andar, de “manifestar con acciones y compromisos públicos, con gestos y escritos, a través de los medios y de otras redes de comunicación virtual, este nuevo paradigma de comunión y de organización” (Idem) que no se reduce ni se limita a “lo religioso”, si no que, por el contrario, presupone y se orienta a un modelo nuevo de humanidad.
Este es el desafío inmenso. Limitarlo a casos personales, o a situaciones de comunidades particulares, por más importantes que sean, es perder la perspectiva del conjunto. Ellos, la Institución, tienen esa perspectiva global. Avanzan por todo. No podemos quedarnos solo en una resistencia intimista. Hay que enfrentarlos donde más les duele, al estilo de aquella luz que ilumina las zonas oscuras de la realidad y la intimidad de los corazones y sus veladas intenciones.


Pbro. Nicolás Alessio
6 Enero, fiesta de la Epifanía del 2011 

viernes, 18 de octubre de 2013

Un Papa latinoamericano en la estrategia romana Nicolás Alessio, teólogo




Entre Benedicto XVI y Francisco
Otra gestualidad, los mismos objetivos
Un Papa distinto era imprescindible
Un Papa latinoamericano en la estrategia romana

“… podrá inmediatamente  notar más allá de las diferencias de estilo, sensibilidad y acentos, la sustancial continuidad del mensaje del Papa Francisco con el magisterio de Benedicto XVI”



Vamos a tratar de mostrar por qué la Iglesia Católica Apostólica Romana apuesta  a un Papa latinoamericano, sin poner en juego absolutamente nada de su disciplina, doctrina y dogmatica.

Por qué se explica la renuncia de Benedicto XVI y la elección del cardenal Bergoglio como el indicado para modificar la imagen eclesial y avanzar entonces en un renovado intento de hacer de la humanidad toda una “civilización cristiana”, donde la hegemonía moral de la normativa vaticana sea obedecida e indiscutida.

Benedicto XVI
América Latina: el futuro de la Iglesia Católica

El profesor Guzmán Carriquiry, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, recordó  las palabras del papa Benedicto XVI en el vuelo de Roma a San Pablo cuando dijo: «Yo amo mucho a América Latina […] No soy un especialista, pero estoy convencido de que aquí se decide, al menos en parte —en una parte fundamental—, el futuro de la Iglesia católica. Esto siempre ha sido evidente para mí. Como es obvio, siento la necesidad de profundizar aún más mi conocimiento de este mundo». (cfr. http://www.americalatina.va/content/americalatina/es/noticias-destacadas/conferencia-del-dr--carriquiry-en-el-meeting-de-rimini-2013.html )

Las lentes vaticanas se concentran aún más en Latinoamérica. Aquí está el “futuro”.

La misma matriz ideológica y teológica
Sustancial continuidad

En la presentación de la encíclica “Lumen Fidei”, se deja claramente explicitada esta “unidad” doctrinal entre Benedicto XVI y Francisco.

 "Este es el mensaje central de la carta encíclica, que retoma algunos temas particularmente queridos por Benedicto XVI. “Estas consideraciones sobre la fe – escribe el Papa Francisco – en línea con todo lo que el Magisterio de la Iglesia ha declarado sobre esta virtud teologal, pretenden sumarse a lo que el Papa Benedicto XVI ha escrito en las Cartas encíclicas sobre la caridad y la esperanza. Él ya había completado prácticamente una primera redacción de esta Carta encíclica sobre la fe. Se lo agradezco de corazón y, en la fraternidad de Cristo, asumo su precioso trabajo, añadiendo al texto algunas aportaciones. El hecho de que el presente texto haya sido escrito, por así decir, con la mano de dos pontífices, es una circunstancia feliz. Quien lo lea, podrá inmediatamente notar, más allá de las diferencias de estilo, sensibilidad y acentos, la sustancial continuidad del mensaje del Papa Francisco con el magisterio de Benedicto XVI." (Cfr. Presentación de la Carta Encíclica Lumen Fidei del Papa Francisco de S.E. Mons. Gerhard L. Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe   5 Julio 2013 )

No solo hay “continuidad”, se trata de una “sustancial continuidad”, para el lenguaje medido de la diplomacia romana, hablar de “la sustancia”  no es un dato menor.

Un continente que hay que proteger
Una mayoría de católicos

Latinoamérica ha sido nombrada en más de una oportunidad, en documentos vaticanos y otros,  como "el continente de la esperanza". Se ha reiterado el mismo concepto en "Aparecida" (cfr. A 3.6). 

Y  lo es porque aquí se concentran la mayoría de los católicos, según datos del 2012,  casi un 50 % de los católicos del mundo. 

Además porque estos pueblos, todavía hoy conservan rasgos cristianos- católicos en muchos aspectos de su cultura social, legal e institucional.

Así fue llamado por el Papa Pablo VI, hace cuarenta años, en el 1968. El mismo Pontífice había ya explicado el contenido de esta esperanza en su homilía del 3 de julio de 1966, en la basílica de San Pedro, poniendo en relieve "la original vocación" de América Latina de "plasmar en una síntesis nueva y genial lo antiguo y lo moderno, lo espiritual y lo temporal, lo que otros te han dado y tu […] propia originalidad", para dar "testimonio" de una "novísima civilización cristiana"

Juan Pablo II retomó varias veces esta definición. Lo hizo en su primer viaje apostólico, en México, durante la inauguración de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en Puebla (enero de 1979), desarrollándolo también en la conferencia de Santo Domingo, el 12 de octubre de 1984. 

Benedicto XVI mantiene esta tradición, y a la víspera de su primer viaje a América Latina, en Brasil, habló precisamente de esta tierra como del "continente de la esperanza" (6 de mayo de 2007) usando sucesivamente otras tres veces esta definición. 

Pero en crisis y en peligro
Señales de alarma en Roma

La  Iglesia Católica, aún perdiendo muchos fieles ante el avance de las iglesias electrónicas, pentecostales y nuevos movimientos religiosos, goza de buena imagen social, goza de una consideración benévola de la opinión pública y de un gran poder de "lobby", de presión,  frente a los poderes públicos.
No obstante, los escándalos financieros y sexuales eclesiales, han logrado agrietar bastante esta imagen. Por otra parte, la juventud es cada vez menos afín a las jerarquías eclesiales  y el mundo de los pobres ha sido cooptado por otras denominaciones religiosas. Y, en el terreno de la moral sexual, salvo grupos recalcitrantes, hay un abismo entre la "doctrina eclesial" y la práctica que de hecho viven los mismos católicos sin ningún remordimiento.
Por otra parte, en este continente, se están desarrollando intentos políticos de neto corte "socialista" o claramente pos neo liberales.  Los más notables son los que se llevan a cabo en Venezuela y Bolivia pero también podemos señalar en su medida, a Ecuador, Uruguay y al Paraguay del ex presidente Lugo. Tendencia potenciada en organismos como la UNASUR, el Banco del Sur, el ALBA y otras experiencias van en esta dirección.  Brasil con Argentina, claramente intentan modelos que salen de la lógica pura del libre mercado.

También, en esta región, en un tema sensible a la jerarquía eclesiástica como lo es la moral sexual se han producido avances notables en el reconocimiento de derechos. Hay que tener en cuenta que en  Argentina y Uruguay se aprobaron  leyes como la del matrimonio igualitario, la identidad de género y  están en la agenda la despenalización del aborto  y del consumo de drogas, más la reforma del Código Civil que puede afectar "nuestra cultura y vida cotidiana", dicen los Obispos (El Código Civil y nuestro estilo de vida Declaración de los Obispos de la 162º Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina Buenos Aires, 22 de agosto de 2012).

Aquí, debemos recordar que los obispos latinoamericanos, en Aparecida, claramente advirtieron que la "ideología de género es uno de los presupuestos que debilitan y menoscaban la vida familiar. Escoger la orientación sexual sin tomar en cuenta las diferencias dadas por la naturaleza humana ha provocado modificaciones legales que hieren gravemente la dignidad del matrimonio, el respeto al derecho a la vida y la identidad de la familia" (CFR DA n.40)

Tampoco podemos olvidar que en Argentina se están desarrollando los juicios por "memoria, verdad y justicia". Juicios en donde reaparece claramente el tema de los "derechos humanos". Y cada vez mas aparecen las responsabilidades civiles junto a los responsables militares en donde religiosos, curas, obispos, capellanes quedan claramente señalados en su complicidad con los delitos de lesa humanidad. Juicios en donde inclusive se ventila el asesinato del Obispo Enrique Angelelli. Crimen negado, como tantos otros,  constantemente por el Episcopado Argentino. Episcopado que ya no puede ocultar, en algunas situaciones una clara adhesión ideológica a las dictaduras, y en otras, un silencio cómplice y obsequioso.
Todos estos elementos, como era de esperar,  hicieron y hacen sonar la alarma en el Vaticano. Estos abordajes "huelen a izquierda" y a "libertinaje sexual". Ponen en peligro, cuestionan y dañan las santas tradiciones de nuestra cultura católica “occidental y cristiana”  y sus valores ancestrales. Este panorama, es por demás  molesto para las estrategias vaticanas y sus ortodoxias, es fuertemente incómodo para Roma y sus oficinas. Recordemos que el objetivo es instaurar la "novísima civilización cristiana".
Así, en un continente donde se concentran la mayoría de los católicos, donde sobre ellos se ciernen claras amenazas de desviación doctrinal y moral, era necesario intervenir decididamente.

Está claro que Benedicto XVI no es la persona que pueda llevar adelante semejante tarea. En su pontificado,  no hubo ninguna señal favorable, ni más gente en las iglesias, ni más vocaciones, ni más bautizados, ni mayor impacto social. Por el contrario. 

Era urgente tomar medidas drásticas.


Un cambio de imagen
Un estilo amigable


Benedicto XVI, un pontífice asociado a "lo alemán", cierta frialdad, distancia y dureza a lo que hay que sumar su antecedente como Presidente de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe  (responsable de controlar la ortodoxia doctrinaria) no logró mejorar en nada la "imagen" de la institución.

De hecho, muchos reconocen que la sola renuncia el 18 de Febrero del 2013 de Benedicto ha mejorado la imagen pública de la Iglesia.

Pensamos que no es casual que se haya tomado tras sus viajes a México y Cuba entre el 23 y el 29 de marzo de 2012.  Dejando atrás una tradición de siete siglos, y en pleno uso de sus facultades y de su libertad, Benedicto XVI anunció que dejaría de ser Papa. Un gesto que no producía desde la renuncia de Celestino V en 1294.  

La decisión de Benedicto XVI de renunciar a su Pontificado se tomó «hace muchos meses, tras el viaje a México y Cuba, y con una reserva que nadie pudo romper, después de haber examinado ante Dios reiteradamente la propia conciencia a causa de la avanzada edad», según explica el director del diario oficial de la Santa Sede, L'Osservatore Romano, Giovanni Maria Vian.

Se buscó una salida urgente. El camino quedaba listo para el Cardenal Bergoglio, quien ya fue sondeado y propuesto por algunos cardenales en el cónclave anterior. 
La persona ideal para esta situación. Un hombre simpático, sencillo, de color popular, cercano a las multitudes. Además un argentino, pero también de raíces culturales italianas  y, sobre todo, fiel a Roma y a sus dogmas como todo aquel que es nombrado "cardenal".

Gestos simpáticos
Gestos no tan simpáticos

Llama la atención que hayan sido grandes titulares informativos hechos como que el Papa no respeta el protocolo, que no usa los ropajes establecidos, que usa los mismos zapatos gastados, besa a los niños, tiene una vida austera, hace llamadas inusuales a compatriotas, no vive en el Palacio Apostólico, paga una cuenta de hotel, viaja en el transporte público o es cercano a los pobres.

Es grave que llamen  la atención porque señala cuan acostumbrados estábamos a gestos “imperiales”. Pero bienvenidos sean estos gestos simpáticos.

Los que aparecen como más importantes son el nombramiento de cardenales  para la reforma de la Curia Romana y para el control del IOR, banco vaticano.

No obstante estos gestos valiosos son de sentido común. Estos reclamos recorren todo el mundo eclesial, pero no significan de ninguna manera un avance en lo disciplinar, lo doctrinal, lo dogmático. Y este es el punto clave. La posición teológica, su ideología, sus criterios orientadores.

Pero hay dos gestos no tan simpáticos, muy desapercibidos para la mayoría, que si revelan su bagaje doctrinal. 

Uno, la firma del documento de advertencia e intervención a un grupo de monjas de EEUU. El documento se llama "Evaluación Doctrinal", lo que denota toda una posición de "control". La Congregación para la Doctrina de la Fe lo emitió a mediados del mes de abril sobre la Leadership Conference of  Women Religious, la asociación que "representa" al 80% de las religiosas de los Estados Unidos.

A efectos prácticos se trata de una intervención de la Iglesia vistos los actos de desviación en la doctrina y en la práctica de la fe en que han incurrido estas monjas (feminismo, contestaciones a los obispos estadounidenses, abandono del distintivo religioso, apoyo al aborto, al uso de anticonceptivos, a un ecologismo diametralmente opuesto al pensamiento de la Iglesia).

Otro, la firma ya mencionada a  la encíclica "Lumen Fidei" donde se reitera la doctrina que dice que la "luz de la fe", que posee la Iglesia, es la única que puede conducir a toda la humanidad en el camino de la verdad. Sin  esta "luz" la humanidad está desorientada, equivocada y cae irremediablemente en el fracaso. La Iglesia es el único faro que puede iluminarnos.

Ambos documentos fueron preparados durante la gestión de Benedicto XVI y fueron ratificados por Francisco.

Afirmaciones llamativas
Otra actitud, el mismo contenido

En temas muy conflictivos, ligados a la moral sexual,  Francisco ha tenido algunas afirmaciones que llamaron la atención. Como aquella en donde dijo que "quién soy yo para juzgar a los homosexuales" o las pronunciadas en la entrevista concedida  al  jesuita italiano Antonio Spadaro, S. J., director de la revista Civilita Cattolica

Estas afirmaciones en ningún momento plantean un giro o evaluación de las posiciones tradicionales de la doctrina moral católica. Por el contrario, siempre son confirmadas. 

Lo que si llama la atención es que Francisco propone "no insistir" en estas cuestiones conflictivas, dejarlas para contextos oportunos e invita a poner el acento en la "actitud de misericordia". Algo elemental en el mensaje del Evangelio, pero hay que reconocer que frente a grupos católicos conservadores, este planteo es un avance. 

Estos grupos se creen jueces de la conciencia y la moral de las personas y están prontos a señalar la gravedad de los pecados exigiendo un cambio de actitud sin respetar la libertad de la conciencia de las personas. 

También hay que advertir que este llamado a "curar heridas", a "dar calor al corazón de los fieles", esconde sutilmente la estigmatización de aquellos que, por ejemplo,  se han divorciado y vuelto a casar, de aquellos que tienen su pareja homosexual, de aquellos que viven su sexualidad no atada a la procreación, de aquellos que han decidido interrumpir un embarazo, de aquellos que usan métodos “no naturales” para evitar embarazos, de aquellos que viven en pareja sin haberse casado y situaciones similares. Y no se trata de un dato menor para alguien que dice, repitiendo a Juan XXIII, que la “Iglesia tiene que ser casa de los pobres”.

La teología de la liberación, en un proceso de profundización, entiende al “pobre” no sólo como el “económicamente pobre”, si no a toda persona víctima de los diversos sistemas sociales, culturales  y políticos de opresión. El “pobre” es el “injsuticiado”, porque es, aunque no sea necesariamente un pobre desde su posición económica, una “víctima” inocente del poder dominante.

Frente al “sistema doctrinal y moral” de la Iglesia, son muchas las personas que viven en situación de opresión, agobio, sentimiento de culpa, de vergüenza, de exclusión y han experimentado en más de una oportunidad el juicio, el desplante, el oprobio, el castigo o el abuso de poder por parte de la jerarquía eclesial. Desde esta perspectiva las mujeres tienen mucho para decir. A estos “injusticiados” también hay que escuchar en el reclamo de sus derechos.

El "acompañar con misericordia" es, en definitiva, confirmar la situación del otro como precaria, mísera, equivocada, en definitiva,  pecaminosa.



Silencios graves
Oportunidades perdidas

En la visita a Brasil, con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa  latinoamericano, en su propia tierra,  no fue capaz de decir nada sobre la ofensa de los países imperiales a Evo Morales, quien estuvo retenido en Viena, Austria, donde aterrizó de emergencia luego del rechazo de cuatro países de ingresar a sus espacios aéreos. Se trata del Presidente de un país hermano y empobrecido, ícono de la resistencia popular, un nativo, hijo de los pueblos originarios.

Recordemos que toda la UNASUR y organizaciones sociales, jefes de estados, organizaciones de derechos humanos, entre otros, se pronunciaron en defensa del Jefe de Estado y condenaron la actitud de Portugal, Italia, España y Francia.

Nada dijo referido a los procesos políticos y económicos que se desarrollan en Latinoamérica  donde hemos disminuido la pobreza en términos reales, donde también se ha achicado la injusta distribución de la riqueza (no obstante seguir siendo la zona más desigual del planeta) sabiendo que en su discurso el tema de "los pobres" está muy presente. Por el contrario, convocó a los jóvenes,  sin aclarar ni contra quién ni a favor de quién a  “hacer lío”. Consigna por demás confusa.

Ni una palabra sobre los mártires latinoamericanos, aquellos que dieron su vida por la justicia y la liberación de sus pueblos y han marcado el siglo XX de la Iglesia en estas tierras, como una Iglesia martirial, lo que la acerca claramente al Evangelio. Que no haya puesto a estos mártires como "modelos" de tanta juventud reunida es por demás sintomático, sobre todo cuando él mismo dijo que "los jóvenes  necesitan sobre todo que se les propongan esos valores inmateriales que son el corazón espiritual de un pueblo, la memoria de un pueblo", durante su prédica en el mayor santuario mariano del Brasil y el segundo templo más grande del mundo. 

Ni  una sola palabra sobre la Teología de la Liberación, experiencia, espiritual,  intelectual y praxis pastoral que nutre a todo el pueblo de Dios y tuvo que ser "reconocida" en su importancia, aún en los pasillos del Vaticano.

Estos temas "ausentes" marcan claramente la estrategia vaticana que Francisco lleva adelante. El es un cuadro fundamental en este camino.


Restaurar todo en Roma
Con amabilidad y frescura

Hay que hacer "amable" a la Iglesia, por más que en su estructura fundamental siga siendo una monarquía sacralizada para que pueda recuperar su lugar de poder social, su prestigio amenazado, su rol de conciencia ética de la humanidad, sobre todo en Latinoamérica, el continente donde los estrategas vaticanos tienen puesta su mirada esperanzadora.

Si hay que evitar poner el acento en temas polémicos, hay que hacerlo. Lo primero es reposicionarse para luego avanzar.

El objetivo fundamental es llegar a todo el mundo (en una clara actitud, si se me permite la expresión “colonizadora”, cfr. http://seminariocatequesisaromero.blogspot.com.ar/2012/09/una-nueva-ofensiva-vaticana-50-anos-del.html )

Por eso Francisco afirma que, en una gran parte de la humanidad  "... vivimos en una época de crisis que afecta a muchas áreas de la vida, no sólo la economía, las finanzas, la seguridad alimentaria, el medio ambiente, sino también la del sentido profundo de la vida y los valores fundamentales que la animan. La convivencia humana está marcada por tensiones y conflictos que causan inseguridad y fatiga para encontrar el camino hacia una paz estable. En esta situación tan compleja, donde el horizonte del presente y del futuro parece estar cubierto por nubes amenazantes, se hace aún más urgente el llevar con valentía a todas las realidades, el Evangelio de Cristo… anuncio de que el poder del amor de Dios es capaz de vencer las tinieblas del mal y conducir hacia el camino del bien. El hombre de nuestro tiempo necesita una luz fuerte que ilumine su camino y que sólo el encuentro con Cristo puede darle…el Espíritu Santo guía a la Iglesia en este camino".

Lo expresó en este documento por demás significativo sobre la tarea “esencial” de todo bautizado, allí mismo señala que la misionariedad de la Iglesia es una dimensión paradigmática que afecta a todos los aspectos de la vida cristiana”  (Cfr. Francisco, Mensaje por 87º Jornada Misionera Mundial)

Es la Iglesia la única que puede administrar esa “luz que ilumine” el “camino del bien” para superar las “tensiones, fatigas e inseguridad” de la humanidad toda.

Conviene aclarar, que nadie pretendería quitarle el derecho que le cabe a la Iglesia Católica Romana de tener su visión de la realidad y de establecer sus propias estrategias. Es más, hasta podemos coincidir en más de un aspecto.

Pero lo que se hace insostenible es la pretensión, claramente expresada por el “magisterio eclesial”, de ser la única voz portadora de una verdad absoluta, como “don de Dios” que solamente ellos poseen, administran y pretenden anunciar.

Es más, estoy convencido de que si la Iglesia Católica Romana, se considerara a sí misma como una voz entre otras, teniendo una visión más sinfónica de la realidad, de la historia, de la humanidad, sería  escuchada con atención.

Pero no es así.

Una nueva avanzada “pancatólica” está en marcha con renovados bríos. Lo planificado está dando resultados.

Benedicto XVI agradecido, su renuncia no fue en vano.


Nicolás Alessio teólogo
Octubre 2013

martes, 15 de octubre de 2013

¿Alguien sabe dónde está el Arzobispo Carlos Ñáñez?

¿Alguien sabe dónde está el Arzobispo Carlos Ñáñez?

Se supone que el responsable de una de las Arquidiócesis más importantes del país, siendo fiel a su deber de “pastor”, debiera estar atento a lo que le sucede a su rebaño y a quienes no son su rebaño, pero viven en su jurisdicción.

 Está claro que no se trata de esperar una palabra ni dogmática ni paternalista, pero al menos la feligresía tiene derecho a que su Arzobispo, diga algo, sugiera otro tanto, reflexione la realidad, tome alguna posición.
También es cierto que no se puede esperar que este todo el tiempo saliendo al cruce de situaciones coyunturales. No obstante, “la palabra” es parte esencial del servicio, del ministerio, de aquel que tiene la tarea de pastor.
Los hechos que se vienen sucediendo uno tras otro en Córdoba revisten una gravedad inusitada. Una gravedad que hiere el tejido social, desprestigia de raíz las instituciones, denotan la gravísima crisis social, cultural y política que nos abruma.

Veamos algunos.

Una y otra vez, incendios incontrolables y un manejo corrupto del impuesto al fuego. En el 2009 más de 50 millones de pesos que los cordobeses pagaron religiosamente, vía boleta de electricidad, por el cuestionado impuesto al fuego, no fueron depositados en su totalidad a los dos organismos del Estado provincial que tienen injerencia sobre el uso de esos fondos: el Plan de Manejo del Fuego y la Secretaría de Ambiente. Hoy no sabemos el destino del monto comprometido al 30 de junio de 2013 de $27.796.871.
Los escándalos ligados al manejo ilegal de las drogas. Lo que implicó la renuncia del Ministro de Seguridad Alejo Paredes y del jefe de policía, Ramón Frías. No son funcionarios menores. Esté escándalo encierra responsabilidades también en otros sectores que quedan fuertemente sospechados: la Justicia y el poder político. Como si fuera poco un suicidio dudoso, amenazas de muerte, y evasivas desde el poder gobernante.
Las amenazas al periodista Tomás Méndez y a Marcela Juez, hermana del Senador Luis Juez, inocultablemente ligadas al trabajo de investigación y a las denuncias por el narcoescándalo, son absolutamente intolerables.
No podemos olvidar que en Córdoba, hay crímenes políticos impunes: Regino Maders antes y últimamente el empresario mendocino que apareció muerto en el río Suquía de la capital provincial. Se trata del ingeniero Marcelo Fabián Arias, de 39 años. A lo que hay que sumar la desaparición del “rubio del pasaje”, donde las fuerza policial está fuertemente sospechada.
No es un dato menor que ni más ni menos que la Central de la Policía haya sido allanada más de una vez en estos días. No se trata de una comisaría en un barrio marginal.
No podemos dejar de mencionar la invasión de Monsanto en Malvinas Argentinas, que ha merecido pronunciamientos de la Universidad de Córdoba, del equipo de Bioética de la Universidad Católica y numerosísimas otras entidades, con una honda repercusión social.
¿Ninguno de estos hechos, que afectan el tejido social, la “amistad social”, merece un gesto, una palabra del Sr. Arzobispo Carlos Ñáñez?
¿Acaso el Sr. Arzobispo no tiene opinión al respecto?
¿Acaso considera que no son temas sociales relevantes y por lo tanto no merecen su atención?
¿Acaso sus profundos vínculos con Cadena 3 lo condicionan de tal manera que no puede hablar? Recordemos que cada domingo el Sr. Arzobispo tiene en la misa radial una fabulosa oportunidad de expresar su parecer.
¿Acaso no se acuerda de la fuerte crítica de Jesús a aquellos pastores que como mercenarios huyen cuando ven venir al lobo?
¿Acaso cree que estos temas no tienen que ver con su “misión religiosa” aunque dañen profundamente a grandes sectores sociales?
¿Cómo puede hablar del Cura Brochero, incluso del Papa Francisco y no decir nada de lo que sucede ante sus narices?
¿A quién vota el Sr. Arzobispo?
Tal vez, si lo supiéramos, tendríamos todas las respuestas.
Nicolas Alessio teólogo Octubre 2013